“¡Quédate con nosotros!”
El mismo día de la Resurrección, nos encontramos con dos discípulos que regresan tristes y desconsolados a su aldea, Emaús. Caminan apesadumbrados y discuten por el camino. Esta situación les impide reconocer a Jesús, que de pronto camina con ellos. Jesús toma la iniciativa de hacerse compañero de camino y entrar en diálogo, se interesa por lo que piensan y sienten, los motiva a dar voz a la tristeza que experimentan.
La Palabra de Dios orienta y da sentido a todas las situaciones y experiencias de la vida, le da calor al corazón e ilumina el camino y provoca un cambio en lo más profundo de nuestro ser. Los profetas y Nuestro Señor Jesucristo ya habían anunciado el acontecimiento que atormenta a los peregrinos; pero los discípulos no habían escuchado y, al igual que muchos de nosotros, actúan con falta de inteligencia y lentitud de corazón ante la Palabra de Dios.
Nuestro Señor Jesucristo, el Resucitado, reprocha e interpela esta actitud, pero acepta su debilidad y comienza a sanarla; por eso los pone frente a la Palabra de Dios y abre su entendimiento. Las palabras del Señor provocan un cambio en el corazón. Cuando Dios se revela, inflama los corazones de su amor, por eso le piden “Quédate con nosotros, porque es tarde y el día ya está terminando”.
Este deseo: “Quédate con nosotros”, debe ser siempre nuestro anhelo de que su Palabra sea la luz que ilumine nuestras tinieblas y el fuego que encienda nuestras vidas. “Y entró para quedarse con ellos”, porque éste es el verdadero deseo de Nuestro Señor Jesucristo Resucitado: ser invitado a entrar en nuestra casa, en nuestros trabajos, preocupaciones y ocupaciones, en nuestras vidas y quedarse siempre con nosotros, por medio de su Palabra, la oración y la Fracción del Pan, como lo hacían las primeras comunidades.
ORACIÓN
“Señor Jesús, compañero de camino, que alientas los corazones tristes y te haces pan partido para todos, concédenos encontrarte en el camino de cada hombre y de cada mujer, y compartir con ellos nuestro pan y nuestra esperanza”.
–Pbro. José Ángel Cisneros Toche,
Párroco de La Ascensión del Señor (“Cosmos”), de Morelia
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