top of page

Homilía IV Domingo de Adviento - Ciclo A


La Concepción virginal de Jesús

En la actualidad, ante la deformación de la Navidad, ¿podemos redescubrir la presencia de Dios en medio de nuestro mundo tan convulsionado y desdibujado?


La Navidad es celebrar el Nacimiento de un Niño extraordinario, que viene a irrumpir en el silencio de la Nochebuena, para hacer realidad la promesa hecha al pueblo de Israel, muchos años antes de su Nacimiento, la Salvación tan anunciada por los profetas y esperada por el resto fiel, por los pobres de Yahvé de la Biblia (Antiguo Testamento).


¿Quién es Jesús de Nazaret? Es la pregunta que intenta contestar Mateo, presentando los relatos de la Infancia de Jesús. Entre los hebreos, no se le ponía al recién nacido un nombre cualquiera, de forma arbitraria, pues el “nombre” indicaba el ser de la persona, su verdadera identidad, lo que se esperaba de ella.


Por eso Mateo tiene mucho cuidado de explicarle a sus lectores el significado del nombre. Jesús significa “Dios salva”. Salvará a su pueblo de sus pecados. ¿Cuáles pecados? En nuestro mundo de fe, primero la salvación del pecado original, el rechazo del Creador, de querer ser el hombre su propio dios, algunos lo pueden llamar soberbia, en lenguaje popular… Jesús es el único Salvador verdadero que necesita la humanidad, el único capaz de redimir y de dar vida plena, porque Él es Dios (para los ateos o poco creyentes: Dios es el que sustenta nuestra vida, el que nos hace respirar y ser felices de verdad en lo más profundo de nuestro ser).


A lo largo de la historia ha habido muchos reyes y emperadores, presidentes o gobernadores, que se creen “salvadores”, se creen dioses, pero tristemente no lo son, porque engañan al pueblo, buscando sus propios intereses, hacerse más ricos, tener más poder, a costa de lo que sea y, finalmente, mueren sin mayor trascendencia.


Para Mateo el nombre de Jesús resume toda su fe. Nos invita, de alguna manera, a recordar ese nombre con cariño y amor, a renovar nuestra fe, procurando ser continuadores de la salvación de Jesús. Ciertamente hay muchas cosas en contra, que no favorecen un ambiente de fe cristiana, y, tal vez sentimos que estamos solos, que es una fantasía lo que creemos, pues no vemos cambios concretos a favor de los pobres, de los que más sufren, incluso, dentro de la Iglesia. Pero Dios está con nosotros, Jesús también es llamado “Emmanuel”.


Gracias, Señor Jesús, por haberte hecho uno de nosotros sin dejar tu ser de Dios. Permítenos guardar el recogimiento y silencio necesarios para encontrarnos Contigo, contemplando la humildad de tu Nacimiento. Perdónanos por desfigurar tu Navidad.

Amén.


–P. Rubén Cervantes González,

Párroco de la Divina Providencia (Morelia – Col. Trincheras)

Comentarios: rucergo@gmail. com

0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page